Este lunes 20 de diciembre, los expertos de ADEF (Asociación de estudios falleros) que participaron en este debate sobre el papel del diseño en las fallas del siglo XXI pusieron de relieve la importancia de utilizar el lenguaje del diseño para conseguir unas mejores fallas, aunque destacaron que la incorporación de estos profesionales tiene que realizarse sin imposiciones y adaptarse así al lenguaje propio de la falla, la sátira.
El debate, celebrado en el Colegio Mayor Rector Peset de València, forma parte de las conversaciones Las Fallas, a la Nave, organizadas por la Asociación de Estudios Falleros (ADEF) y que este año tienen como lema “Quemando el diseño: las fallas, una fiesta abierta al diseño”.
En la primera jornada, con el título “Quién la piensa y quien la planta: el diseño en la construcción de las fallas”, participaron Xavi Calvo (director general de World Design Capital València 2022), Pepe Latorre (artista fallero), Gio Torres-Artcolor (artista fallera y diseñadora gráfica) y Miguel López Montserrat (autor de esbozos de fallas y artista fallero), en un debate moderado por la periodista Clara Castelló.
Xavi Calvo afirmó que el diseño forma parte del futuro de las fallas, puesto que la colaboración entre una empresa artesana, como es un taller de fallas, y un diseñador permite realizar producciones artísticas más contemporáneas. Después de asegurar que las fallas son la expresión más grande de innovación y creatividad, Calvo se mostró partidario de utilizar el diseño como herramienta transversal en todas las actividades de la comisión, no solo en la concepción de la falla, sino también en el libreto y la cartelería. Asimismo, este añadió que la declaración de las fallas como patrimonio inmaterial de la humanidad tiene que servir también porque las comisiones y artistas tomen medidas para hacer una fiesta más sostenible y con un menor impacto medioambiental, teniendo como horizonte conseguir una huella neutra de carbono.
Por su parte, José Latorre alertó del que considera una deriva preocupante: los diseños realizados por ilustradores actuales se han traducido en fallas muy parecidas en su concepción. “Son una montaña de elementos, pero al contemplarlas no sabemos de que trata la falla”. De este modo, reivindicó la sátira y la crítica como esencia de estas construcciones efímeras: “Si la falla no dice nada, por muchas cosas que tenga no sirve”, al mismo tiempo que ha subrayado que no se puede hacer “nada diferente (de la estética predominante) mientras existan los premios”.
El exmaestro mayor del Gremio de Artistas Falleros de València también pidió, al amparo de la declaración de patrimonio inmaterial de la humanidad, que se preserven las técnicas de construcción de fallas, las modernas del corcho blanco y la tecnología 3D, pero también las antiguas, del modelado en barro y el vaciado en cartón, que prácticamente han desaparecido de los talleres. “El corcho blanco ha acabado con los especialistas del taller. Ahora las fallas se han agigantado, solo se busca el volumen y, en esta nueva estética, el ilustrador, que proviene del mundo del libro y el cómico, ha influido”, afirmó.
Por su parte, Gio Torres aseguró que las fallas que no respiran “curtcircuiten” el cadalso, porque según su opinión tienen que ser composiciones abiertas, “no tenemos que luchar para ver quién hace la bestialidad más grande”, comentó, para añadir seguidamente: “Igual viene bien la fuerte subida que los precios del corcho blanco y la madera tienen en la actualidad porque bajo el volumen de las fallas”.
El artista subrayó que las fallas son una expresión genuina de arte y comunicación y ha afirmado que sin premios las comisiones no invertirían tanto en la falla. También reconoció que, formada en la ilustración, tiene una visión 2D “y ver las cosas en 3D me cuesta la vida”. Para Miguel López Monserrat, el esbozo tiene que estar supeditado a las necesidades del artista y no al revés, y criticó la tendencia actual de “hacer fallas embutidas, empotradas en la plaza”.
“La caricatura y la sátira forman parte de la personalidad de la falla y se están perdiendo. Ahora todo es muy bonito, pero las fallas bonitas no son fallas”, aseguró. Según la opinión de López Monserrat, el diseñador siempre ha formado parte del equipo del taller, aunque no siempre se le ha reconocido su labor.