Manolo Sanchis, renovarse o morir

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Un coleccionista enamorado de Valencia y de las Fallas, muy fallero aunque no haya pertenecido a una comisión. Ha obtenido numerosos premios y reconocimientos por su trabajo por las Fallas.

Estuvo en una comisión 2 días (Na Rovella-Ángeles Maldonado) y en otra 5 días (Mercado de Ruzafa). Se considera un alma libre que no puede permanecer atado a una comisión.

¿Por qué no ha querido vincularse a ninguna comisión?

Porque cuando yo entré las fallas no eran como ahora. Yo prefería salir a ver fallas y era una incongruencia pagar sin estar en el casal ni participar en los diferentes actos.

Podía estar vinculado en muchas comisiones pero nunca me he querido involucrar por la libertad que tengo al poder salir y desaparecer viendo fallas desde el mismo día de la plantà.

¿Puede una persona que no sea fallera ser un enamorado de la fiesta?

Sí, por supuesto. De hecho, el verdadero enamorado de la fiesta es aquel que no es fallero. El enamorado de la fiesta es el que se pierde por Valencia, pasea, se mezcla con la gente y sueña con unas fallas que son las suyas propias.

¿Desde cuándo eres un enamorado de las Fallas?

Pues desde que mi abuelo que era carpintero me enseñaba los falleros del Levante… De toda la vida, la verdad porque lo llevo en la sangre.

«El verdadero enamorado de la fiesta es el que no es fallero»

¿Cuándo empieza a recopilar publicaciones falleras?

Desde siempre. Mi padre potenció ese amor por la fiesta ya que desde bien pequeño me llevaba al rastro a comprar, y era él quien me daba dinero para que lo pudiera comprar.

No sé ni las publicaciones que tengo en la biblioteca porque tengo prácticamente casi todo Alicante, todo Valencia y muchísimos pueblos. Tendré miles, no sé. Puedo decir que el material que tengo recoge la historia de las Fallas y las Hogueras completas.

¿Qué podemos encontrar en esa biblioteca particular?

Publicaciones genéricas, periódicos, etc. Todo lo que me pueda servir para desarrollar cualquier trabajo porque es un mundo apasionante. Me divierto muchísimo intentando encontrar aquello que no tienes o ciertas curiosidades.

A falta de dos publicaciones, que tengo fotocopiadas, el resto todo es original.

«No puedo decir una cifra porque no lo sé. Mentiría»

¿Qué es lo que más le gusta de las Fallas?

Las fallas y la cremà.

Para mí la cremà es una religión, voy a la mía, me pierdo por las calles de Valencia y si puedo ver seis o siete cremàs, mejor. ¡Es la gasolina de medio año!

Como buen apasionado del mundo fallero, ¿qué opina al respecto del tercer lunes de marzo?

Yo lo veo de distinta manera, tanto por mi profesión como personalmente. A nivel de cremà me daría igual, aunque a nivel de rito entiendo que las fallas deben quemarse el día 19.

Ahora bien, creo que si esto sale adelante, siempre habrá alguien que el día de 19 de marzo queme algo en su terraza, como ritual particular. Un rito totalmente pagano.

Es cierto que las Fallas son un ciclo y que hay problemas más importantes en la fiesta que un simple cambio de fecha.

¿Qué cambiaría de las Fallas?

¡Todo! No conquistan a la gente. Las fallas son estáticas, y difícilmente participativas. No llegan al valenciano de a pie, y hay quien ni siquiera comprende en qué consisten ni quieren saber nada de ellas.

Hay que buscar un aliciente nuevo porque no terminan de enganchar. El valenciano que inventó la fiesta, la crítica, el ninot, el catafalco, la falla… ha dejado de existir.

También es verdad que los problemas de antes no son los de ahora; entonces el verdadero error de una fiesta evolutiva, como son las fallas, es pensar que no se puede evolucionar en el calendario festivo.

Eso es lo primero que se debería cambiar: el calendario festivo. Habría que coger acto por acto, ver si es necesario, a quién le interesa y qué repercusión tiene.

«No puede ser que el programa fallero de hoy sea el mismo que el de hace 100 años»

¿La fiesta se ha convertido más en folclore?

La fiesta se ha quedado en una romería que es la Ofrenda, y un auto sacramental que es la falla. El resto del programa no tiene atractivo para el que lo ve desde fuera.

Es patético ir a ver una Cabalgata del Ninot y que sólo haya una concentración de gente frente al Ayuntamiento. Si en una ciudad como Valencia no logramos obtener mayor repercusión… Y lo mismo pasa con las publicaciones.

Ese es el verdadero problema de la fiesta. Nosotros mismos estamos en un círculo cerrado y nos lo hemos creído.

¿Sería necesario realizar un sondeo entre los valencianos?

Habría que preguntar a todos esos valencianos que se van fuera de la ciudad durante la semana fallera por qué «huye» de las Fallas.

Nuestra fiesta está estructurada de la misma manera desde hace casi 100 años, y habrá que ver qué quiere el valenciano de ahora. La sociedad cambia.

Los valencianos deben de opinar sobre que cambiarían de nuestra fiesta porque ellos también contribuyen en la misma, de hecho para hacer que nuestra fiesta sea cada vez más grande y conocida lo primero que hay que hacer es intentar convencer a los de dentro para poder traer a los de fuera.

¿Mantendrías la Ofrenda?

A mí no es una cosa que me guste, pero yo la veo todos los años un cuarto de hora, y me parece un acto maravilloso, aunque no creo que aguantara más tiempo viéndola.

Ahora bien, la Ofrenda es un acto social en el que todas las comisiones van a llevar flores a la Virgen.

Respecto a las comisiones falleras, ¿considera que se han creado demasiadas?

El problema es que se han creado alrededor de ellas una estructura que hay que mantener.

Igual hay que preguntar a las comisiones «¿qué quieren hacer?» porque puede que alguna quiera constituirse como Asociación Gastronómica o dedicarse sólo al teatro, e incluso puede que alguna comisión sólo quiera participar en las Cabalgatas.

«Hay que preguntar a algunas comisiones si de verdad quieren plantar falla»

¿La falla como monumento está abandonada por los falleros?

El corcho ha abierto una nueva época de las fallas que ha engrandecido la fiesta aportando unos volúmenes elogiables.

El problema surgió cuando hace 20 años las fallas eran absolutamente mudas, no decían nada. Del mutismo se llega a la perfección, técnicamente, con Regino Más; y se da paso a las nuevas generaciones. Hoy en día el artista quiere estar próximo a la gente porque se ha dado cuenta de que si no comunica está perdido; aunque, el espectador, acostumbrado a no ver nada, no la entiende.

Afortunadamente se ha generado un grupo defensor del monumento a toda costa, entre los que me encuentro.

¿Un artista que le haya marcado?

Regino Más, porque fue el que dio paso a las fallas tal y como las entendemos hoy en día.

Miguel Santaeulalia (padre), si no es el más grande es uno de los que supieron transmitir con sus fallas.

Soriano Izquierdo es quien inventa la estructura de crítica de las fallas actuales.

Y uno de mi generación, Vicente Almela, que también me ha impresionado muchísimo.

Actualmente estoy siguiendo a cuatro o cinco artistas a los que le veo futuro, no me atrevo a darte nombres, pero son gente muy bien preparada, ajena a los complejos, y veo que tienen gran proyección.

¿Cómo ve el futuro de esta profesión?

Muy complicado porque han saturado el mercado.

Cuando hay más oferta que demanda, los precios bajan y la calidad también. Así que, creo que no es el momento de hacer escuelas, es el momento de hacer una reforma interna y vaciar de contenido a mucha gente que hay metida y no tendría por qué estar.

Hay excesivo artista intermedio que está abaratando costes y complicando la vida a los verdaderos artistas.

Eso implicaría que otros artistas podrían subir el precio de su trabajo, vivirían mejor, y las comisiones que son los clientes finales, tendrían un producto de gran calidad en la calle.

«No es momento de hacer escuela de una profesión que está completamente saturada»

¿Qué opina de la subida del IVA?

Una barbaridad. Elevar la cuota del 8 al 21% es insoportable porque las comisiones no van a poder hacer frente a la subida ya que tienen cinco productos que se han visto afectados por la subida del IVA: peluquería, flores, espectáculo, pirotecnia y falla.

Lo que se tendría que plantear son nuevos sistemas de financiación y para ello se tendría que hacer un Congreso Económico con verdaderos profesionales que sepan cómo va el camino.

Desde el punto de vista fallero, el último escalón de artistas sobra por completo. Si finalmente nos tiran a l’estoreta habrá que plantearse otra forma de hacer la fiesta.

Pero esto no sólo nos perjudica a las fallas, ¿esto afecta a todas las fiestas de España?

No. No tienen nada que ver. Nosotros hacemos una fiesta que se renueva todos los años, es una fiesta efímera que todos los años hay que pagar.

Los verdaderos problemas se verán dentro de cinco años si la subida del IVA se hace efectiva, ya que con ese porcentaje es complicado aguantar el tirón.

No se ha sabido vender la fiesta de las Fallas por su particularidad, y más allá de nuestras fronteras no se entiende. La fiesta es de los valencianos que son quienes pagan la fiesta.

¿Qué pasa con los contratos falleros?

El total del precio de la falla no varía, sólo cambia la forma de pago. Así que, realmente se pueden clasificar las fallas porque se sabe su precio, lo que va a variar es la forma de pago porque muy pocos van a variar el presupuesto inicial.

En este momento, los plazos no cuadran, pero el precio total de la falla es el mismo.

¿Qué percepción tiene del Gremio de Artistas Falleros?

El Gremio es una asociación excesivamente mimada por la sociedad valenciana, aunque se han ganado este exceso de mimo porque han llevado las fallas al nivel actual.

Pero, evidentemente, tiene que evolucionar quitándose el lastre histórico que tiene porque les pesa mucho la historia por la sobreprotección que han tenido.

Debe existir otro estilo de planteamiento con relación los artistas falleros.

¿Se debería haber potenciado la Ciudad Fallera?

La Ciudad Fallera nunca ha tenido un fin claro. Hay artistas que tienen naves alquiladas, otros están allí por adquirir cierto prestigio, etc.

Es cierto que los volúmenes alcanzados hasta el momento no podían realizarse en las naves de la Ciudad Fallera y por eso muchos artistas tenían que buscar talleres de mayores dimensiones.

Pero, si lo del IVA sigue hacia adelante, las naves de la Ciudad Fallera volverán a ser de gran utilidad porque no se harán fallas tan grandes y se revalorizarán.

En su época era un sitio encantador, ahora está en un momento complicado.

«Los profesionales son los que deben de hablar en un Congreso Fallero para asegurar el futuro de las Fallas»

¿Sería necesario un Congreso Fallero?

Sí, pero no puede plantearse en plan folclórico. Se debería realizar con el fin de plantearse sistemas de financiación, formas de unirse, comisiones que no puedan plantar falla y tengan que hacerlo año sí año no… Más económico, con verdaderos profesionales en busca de bonificaciones fiscales, una ley de mecenazgo, etc.

La subsistencia de las fallas, ¿pasa por la unión?

A las fallas pequeñas les veo mal camino y van a tener que volver a l’ estoreta porque no van a poder financiarse con ese porcentaje de IVA.

Hay que plantearse hacer frente a hipotecas o alquileres, luz, agua, proveedores, etc.

Para concluir, un mensaje alentador para los valencianos y falleros.

El valenciano actual no puede fallar al valenciano que inventó la fiesta.

No podemos «cargarnos» la fiesta y hay que salvarla. Está claro que con el 21% del IVA vamos a tener que renunciar a muchas cosas, y estructurar la fiesta de nuevo.

Las fallas son una herencia muy pesada porque hay que pagarlas todos los años.

Todo proceso de transformación es lento, ese es el grave problema que reside en las Fallas.